¡Hola devoralibros! Hoy os traigo la reseña de un libro que me cedió Quién te lo ha contado, se trata de la última novela de Marian Keyes: Una pareja casi perfecta. Había oído hablar maravillas de la autora, por lo que cuando me ofrecieron leer el libro, aunque no fuese de mis géneros predilectos, dije que sí sin dudarlo. ¡Y no me equivoqué! Me ha gustado mucho, así que antes de empezar con la reseña quiero agradecer por el ejemplar. ¡Oh! Y si vosotros también queréis leerlo, os aviso de que estoy sorteando un ejemplar en mi cuenta de instagram.
Una pareja casi perfecta nos cuenta la historia de Amy, quien de la noche a la mañana ve su vida patas arriba: su aparentemente perfecto marido - Hugh- le anuncia que necesita seis meses lejos de ella y la familia, para viajar y reencontrarse. Cierto es que el hombre no había estado demasiado bien desde la muerte de su padre, pero la noticia le sienta como un jarro de agua fría. Ni siquiera sabe cómo reaccionar ¿debe enfadarse? ¿deprimirse? Y lo que es más importante ¿qué significa que ella también tiene esos seis meses de libertad, como bien le ha dicho su hija?
Bien, partimos de una situación que nos deja a cuadros, pues Hugh, quien todo el mundo opina que es un buenazo, decide abandonar a su mujer y sus tres hijas y reencontrarse a sí mismo. El problema es que Amy no sabe qué significa eso, y el hombre no está por la labor de consolarla: le dice que volverá y que se siente muy mal pero no le da garantías de que no vaya a serle infiel, ni siquiera acepta recibir llamadas de ella. Y eso me cabreó muchísimo. Empaticé con la protagonista desde el principio, la cual hasta que lo asimila pasa por todas las fases posibles: confusión, tristeza, ira, aceptación. Personalmente consideré la decisión de este muy cobarde: en lugar de cortar por lo sano o bien hacer frente a sus problemas decide tomarse unas vacaciones, y no avisa hasta que prácticamente lo tiene todo planeado.
“Pero ser una superviviente requiere mucho esfuerzo, más del que
parece, y creo que se me está acabando la cuerda. Si pudiera elegir,
preferiría con mucho una vida entre algodones donde nunca pasara nada malo”.
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La novela, que yo pensé que iba a ser un libro romántico, se convierte sin embargo desde el momento en el que el personaje de Hugh sale de escena en una radiografía de cómo la familia va siguiendo con sus vidas y reencontrándose en el proceso. Me ha parecido un auténtico acierto que los nombres de los capítulos lleven la cuenta de los días que van pasando. Se trata de una historia llena de humor, muy fresca y entretenida, con personajes realmente carismáticos y con los que conectas enseguida. La familia de Amy es desternillante, sobre todo sus padres, que lograron hacerme llorar de risa en ciertos momentos. Y los compañeros de trabajo de la protagonista también -además trabajan en relaciones públicas, que es lo que yo he estudiado con lo que disfruté mucho de esta parte-.
Amy es insegura, pero se ve en la obligación de seguir adelante por su familia. Es una madre, con todas las letras, capaz de hacer cualquier cosa por sus hijas, pero también es una mujer que sigue buscando su lugar en el mundo. Hugh, como os he dicho, es un personaje que te causa emociones contradictorias: por un lado están los recuerdos que tiene todo el mundo de él, donde el hombre te cae sumamente bien pero por otro lado ha abandonado a su familia. No puedo decir que le odie pero no me cae bien. Las chicas son encantadoras: Neeve, la mayor, es una youtuber de belleza, mordaz e independiente fruto del primer matrimonio de Amy, y aunque normalmente suele querer que la dejen en paz, defenderá con garras y dientes a su madre. Kiara por otro lado es un auténtico amor, sólo piensa en ayudar a los demás, mientras que Sofie - su sobrina a la que prácticamente adoptó- intenta sobrevivir a su último año de instituto y recomponer los fragmentos de su vida, siempre con una sonrisa. Me ha gustado mucho el equipo que forman, con sus más y sus menos, hacen piña cuando es necesario y son un auténtico equipazo, teniendo que hacer frente a varias situaciones difíciles.
“¿En eso consiste la vida? ¿En ponernos delante de nuestros peores
miedos hasta que ya no nos asusten? ¿Existe incluso la posibilidad de que
seamos cómplices, inconscientemente, de la manifestación de tales miedos?”
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Como secundarios, quiero destacar a la madre de Amy que está intentando superar el hecho de que su marido tiene alzheimer, de la mejor forma que puede, y a este porque aunque a menudo no se entera de lo que está sucediendo, tiene momentos brillantes. También quiero mencionar a Alistair, el compañero de trabajo de Amy y a Josh, los cuales tienen papeles importantes en la forma de Amy para superar el abandono.
La prosa de Marian Keyes es sencilla y directa, te atrapa desde la primera línea. Está cargada de sarcasmo y humor pero también de crítica social. Se trata de una novela que prácticamente se lee sola pese a su extensión, y que puede gustar tanto a gente de mi edad - veintitantos- como a mayores. Trata desde temas como el trabajo y el amor hasta crisis familiares, las inseguridades femeninas, las dificultades de ser madre... siempre de forma atractiva, ligera. Que no os engañe el grosor del libro, me lo terminé en un par de días porque no podía soltarlo.
En definitiva, una historia cercana con la que es fácil identificarse, un retrato familiar y social, que me ha gustado mucho, lleno de humor y que te pone las emociones a flor de piel.
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