¡Hola devoralibros! Hoy os traigo la reseña de un libro que leí hace unos meses y me encantó: La huella del inocente de Carlos Gaspar Delgado Morales. Me gustó tanto que invité al autor a uno de los cafés literarios de Botica de Lectores para poder hablar sobre su novela. Si queréis saber qué me pareció, entonces seguid leyendo.
La huella del inocente nos traslada a Ronda, un pueblo de Málaga, donde Gaspar, un profesor jubilado, y su antiguo alumno Alberto, juegan a resolver crímenes no resueltos por la policía. Un día, se cruzarán con un niño mendigo llamado Gabriel, que padece de amnesia y no recuerda quién era antes de despertar en el hospital unos meses atrás. El profesor pronto le cogerá cariño e intentará descubrir la causa de su ausencia de recuerdo mientras alimenta su insaciable ansia de conocimientos.
Bien, la historia se centra en la investigación del profesor y su alumno por un lado en el crimen de dos gemelas malagueñas cuyas muertes las separan apenas unos meses y, por otro lado, la muerte de un labrador en misteriosas circunstancias. Los dos amigos intentarán entrevistar a los familiares y vecinos de las víctimas y tener éxito allí donde la policía no lo tuvo. Lo cierto es que ambos crímenes te mantienen en vilo, creo que la investigación sobre los mismos ha sido mi parte favorita sin dudarlo. Sin embargo no debemos olvidar la trama principal, el enigma de Gabriel: Quién es, su historia y la relación que se va formando entre Gaspar y él. Encontramos la clásica situación entre mentor y alumno, donde el primero algo huraño va encariñándose con el más joven a causa de su interés por aprender. Gabriel es un chiquillo listo pero con grandes problemas, y con una historia que vamos descubriendo poco a poco. Se trata de un libro lleno de misterio e intriga pero no por ello falto de humor, de hecho hay situaciones realmente cómicas sobre todo protagonizadas por el inspector de policía.
Mención especial a los continuos giros inesperados que se producen a lo largo de la historia y que te pillan totalmente por sorpresa, y sobre todo cómo las tramas se entrecruzan entre sí de forma increíble.
En cuanto a los personajes: Gaspar Zimmerman es el protagonista, un profesor cuyo humor se ha ido agriando con los años pero de buen corazón, que disfruta enormemente investigando los crímenes que aparecen en los periódicos sin resolver. Aún no ha tenido éxito pero no se da por vencido. Su opuesto es su hermana Zalamea, mi personaje favorito, una mujer que no ha tenido suerte en el amor y que está entregada por completo a su familia: su hermano, su desagradecida hija mayor y su hija pequeña, un encanto de niña y la luz de la casa. Por otro lado Alberto Ballesteros, que admira profundamente a su ex profesor y que aunque no está tan interesado en su labor de detective, se divierte ayudándolo. Es un hombre bonachón, y protagoniza muchas situaciones divertidas. Por otro lado tenemos a Gabriel, un chico que aunque al principio desconfía de todo el mundo, poco a poco entablará una buena relación con Gaspar y se irá abriendo para contarle su historia. Gabriel devuelve la vocación de profesor al anciano y tiene una curiosidad insaciable que llama la atención del profesor.
La novela trascurre normalmente de forma lineal en el tiempo aunque a veces producen saltos temporales, por ejemplo para contar la historia de Gabriel cuando despierta en el hospital. Hacia el final, la historia avanzará 20 años después, para contarte qué ha pasado con los personajes. El libro tiene 29 capítulos y se encuentra estructurado en cinco partes: El encuentro, el joven, el viejo, el reencuentro y la despedida. Normalmente es el punto de vista de Gaspar el que vemos pero también conoceremos el del inspector, el de Zalamea e incluso el del protagonista más joven.
El estilo del autor es sumamente descriptivo pero sin resultar denso, directo y con un lenguaje propio de la Andalucía más profunda – esto último no me terminó de gustar porque me pareció algo estereotípico pero afortunadamente la historia me tenía demasiado enganchada para que me molestase tanto como esperaba –.
En sí, la historia me recordó un poco a la película La isla mínima y El guardián invisible de Dolores Redondo, dos obras que me encantaron por lo que he disfrutado mucho de la novela.
Sin duda, La huella del inocente es una novela totalmente adictiva, que logra sorprenderte con cada giro. Un libro perfecto para los amantes del misterio y que recomiendo mucho.
Hola, la sinopsis no me atrapó del todo pero conforme fui leyendo la reseña me enganché xD
ResponderEliminar¡Gracias por la recomendación!
Saludos, Las lecturas de Morita
Hola no habia escuchado sobre este libro me alegra que te gustara. Saludos
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