¡Hola devoralibros! Hoy os vengo con la reseña de una novela muy especial y que ha pasado directamente a la lista de mis mejores lecturas del año: se trata de Cada corazón, un umbral, de Seanan McGuire.
Este libro me parecía que iba a ser parecido a El Hogar de Miss Peregrine para niños peculiares y por un lado me llamaba muchísimo la atención y por otro me aterraba qué iba a encontrarme. Entonces Concha me regaló un ejemplar y en la primera página sólo ya se disiparon mis dudas: se trataba de un libro especial, de esos que dejan huella. En efecto, así fue.
Cada corazón, un umbral parte de la premisa de que además de nuestros mundos existen muchos otros, que en ocasiones visitan los niños. Aquellos que regresan no son capaces de volver a encontrar su lugar y para ello existen refugios como el de Eleanor West, donde intentan preparar a los jóvenes para entender lo que vivieron y ser capaces de aceptarlo y poder adaptarse a su nueva vida. A este internado llega Nancy, casi obligada por sus padres, quienes piensan que su hija ha vivido un evento traumático que la marcó y cambió por completo. Y en parte es cierto, Nancy estuvo viviendo en los Salones de los Muertos, un universo donde la inmovilidad era la característica más destacada, y las torturas algo habitual pero donde Nancy perfeccionó la técnica de convertirse en estatua. Con la promesa de que algún día volvería fue devuelta a nuestro mundo y se aferra a esta esperanza con uñas y dientes. Entonces Eleanor cambiará su vida para siempre, dándole a conocer la existencia de muchas otras personas como ella, y un universo repleto de mundos catalogados como Lógica, Sinsentido, Maldad y Virtud.
“Porque la esperanza es un cuchillo que puede
atravesar los cimientos del mundo (…). La esperanza es mala. Cuando tienes
esperanza continuas aferrándote a cosas que ya nunca van a volver a ser así,
de modo que te vas apagando muy poco a poco hasta extinguirte. Ely- Eleanor
siempre está diciendo “no digas esa palabra” y “no digas esa otra palabra”,
pero nunca prohíbe las que son malas de verdad. Nunca prohíbe “esperanza”.
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En su nuevo hogar, Nancy conocerá a sus nuevos amigos, que no pueden ser más distintos entre sí: su compañera de habitación, Sumi, que es todo creatividad y desorden pero con un gran corazón. Jack y Jill, mis favoritas, las dos caras de una moneda, vienen de un mundo que me recordó mucho a novelas de terror como Frankenstein y Drácula, cada una es más peculiar que la otra. Por otro lado Kade y Christopher, que poco a poco van cobrando protagonismo: el primero fue expulsado de su mundo cuando se dieron cuenta de lo que era realmente mientras que el segundo viene del País de los Huesos, e intenta ocultarlo para no ser un paria como sucede en el colegio con todos los que proceden de mundos altos en Maldad.
Sin embargo, pronto empezarán a ocurrir trágicos sucesos que requerirán que todos se unan para descubrir quién está ante tan atroces actos. Se trata de una historia llena de misterio y saltos, como un caramelo ácido: una historia con apariencia dulce por fuera pero que no es en absoluto lo que parece. Una grata sorpresa que ya considero uno de mis libros favoritos sin duda y gran candidato para ocupar el podio de honor en mis mejores lecturas de este año.
La autora crea un complejo mundo en nuestra propia sociedad, relacionando fantasía y realidad de forma maestra. Abre las puertas a una exclusiva sociedad a la que, como lectores, difícilmente podríamos resistirnos. Una historia heredera sin duda de las leyendas de criaturas feericas que robaban o intercambiaban niños, y que siempre me han fascinado. Te hace conectar con sus protagonistas y sentir parte de un club elitista del que muchos matarían por formar parte.
“De pequeña leí Alicia en el País de las Maravillas, pero jamás pensé
demasiado en cómo habría sido para Alicia regresar a su mundo de partida. Me
imaginé que se habría limitado a encogerse de hombros y seguir adelante. Pero
yo no puedo hacer eso”.
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Se trata de una historia sencillamente mágica. No se me ocurre mejor adjetivo para ella. Creo que tiene algo que la hace diferente, que te marca de una forma u otra.
En cuanto a la forma en la que está escrita, la narración es ágil y la prosa delicada pero sencilla. Tiene muchos giros inesperados que consiguen que en ningún momento quieras parar de leer.
En definitiva, Cada corazón, un umbral es una novela corta que no os decepcionará. Llena de magia, giros y sorpresas, que te tocará el corazón. No le puedo poner pegas, y estoy deseando leer la segunda parte, que sale muy pronto - el 25 de octubre- y se enfocará en las gemelas Jack y Jill. Tenéis que darle una oportunidad, os lo recomiendo muchísimo.
¡Hola! Pues mira que no conocía el libro, pero me ha llamado muchísimo la atención. Me lo apunto y seguramente lo leeré dentro de poquito.
ResponderEliminar¡Saludos!
Hola!
ResponderEliminarNo conocía el libro ni el autor, pero me encantan las historias que mezclan fantasía con cosas de nuestro día a día, así que va directo a mis pendientes :)
besos!
Es la primera vez que me doy de bruces con esta historia y tiene todos los elementos que necesita una novela para llamarme la atención. Me la apunto. ¡Muchísimas gracias por la reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
¡Hola!
ResponderEliminarEl libro acaba de ir directo a mi lista de pendientes. La premisa me ha encantado y lo bien que hablas de él es todo lo que necesito para querer leerlo.
Un beso y gracias por la reseña :)